Llevando ya dos años como Presidenta el balance de la gestión de Michelle Bachelet es simplemente desastroso, un país dividido, lleno de odiosidades en que la gente parecieran estar enojada contra todos, producto, en el caso de partidarios del Gobierno, de la frustración al sentirse engañados por populismos baratos, corrupción, deshonestidad y testarudez de la Presidenta, que persiste en llevar adelante reformas mal concebidas desde su diagnóstico y que la ciudadanía rechaza desde ya hace más de un año, téngase presente que la credibilidad era uno de los activos que tenía, pues todos sabían de su ineptitud, pero solo su simpatía e imagen de corrección salvaban la mediocridad de su gestión ante un pueblo mal informado e ignorante, no se entiende de otra forma aún cuando se les dijo por todos los medios lo que iba a suceder. No hemos hablado de la desaceleración económica atribuido a las bajas espectativas y desconfianza que produce este Gobierno, pero siempre después de la oscuridad viene la luz, y es de esperar que la gente ALGUNA VEZ piense con la cabeza antes de elegir a candidatos, sean del sector político que sea. Faltan dos años y la Derecha sigue sumida en luchas intestinas con un Partido empecinado en mantener personajes cuestionados que se niegan a ceder el paso a generaciones jovenes. Es de esperar que nuevos Partidos de centro respondan a las demandas de la ciudadanía por mayor transparencia y con mirada de futuro sin estar entrampados en el Si y el No, Partidos como Amplitud y los que conforman el Centro Liberal.
lunes, 21 de marzo de 2016
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